domingo, 14 de abril de 2013

La pesca, en guerra contra el Principado

La pesca, en guerra contra el Principado Los pescadores fluviales no están de acuerdo con el calendario de pesca para 2013, consideran ridículo el cupo de tres salmones por temporada y se manifiestan contrarios a los cotos parciales

«Un frances nos dijo que no entendía las leyes de pesca de Asturias, que cambian cada año»

«El Principado ya sabe que la normativa de pesca del año 2013 es un completo fracaso»

Las capturas de salmón en los ríos asturianos están bien documentadas a partir del año 1949. Desde esa fecha hasta 2008, en 60 temporadas, se echaron a tierra 185.090 salmones. Del total, 57.082 corresponden a la cuenca del Sella y 51.154 fueron enganchados en las cristalinas aguas del río Cares. La mejor temporada fue la de 1969, con 6.893 salmones precintados, de los que 2.613 correspondían al Cares y 2.041 al Sella. El año pasado se capturaron en el Sella 410 salmones y en el Cares-Deva, 201. Estos son los datos y no falta quien sostiene que «con Franco se pescaba más y mejor».

Pero las expectativas de los pescadores para 2013 son todavía mucho peores «por culpa de la restrictiva normativa fluvial aprobada para este año por la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos». Los ribereños dirigen el dedo acusador hacia José Félix García Gaona, jefe de servicio de Pesca del Principado. De hecho, Antón Caldevilla, presidente de la sociedad de pescadores El Esmerillón, dice que «nos sentimos estafados y engañados por Gaona», mientras que Nicolás Sánchez, presidente de la asociación de pescadores Cares-Deva, asegura que «García Gaona quiere acabar con el río y la pesca». Los representantes de los 1.700 pescadores que operan en los ríos Sella y Cares vaticinan que la nueva normativa de pesca «echa a los pescadores del río, conduce a la ruina de los pueblos de la ribera y representa un palo muy grande para la economía de la comarca».

¿Qué ofrece el nuevo articulado para que los pescadores estén en pie de guerra? Además de pequeños reparos que formular, los propietarios de las cañas observan tres matices que «atentan contra los derechos de los pescadores y la supervivencia de las cuencas fluviales».

No están de acuerdo «con la existencia de cotos parciales, zonas libres de pesca que durante dos días a la semana se convierten en espacios acotados». Opina Nicolás Sánchez que el fin de esta medida aprobada por el Principado «es hacer caja, recaudar dinero, y lo que queremos es que desaparezca esa figura y vuelvan a ser zonas libres».

También se muestran disconformes con la fecha de apertura de la pesca con muerte, que para 2013 será desde el 1 de mayo al 15 de junio. Teniendo en cuenta que no se puede pescar lunes y jueves y que en otras dos fechas entran en vigor los cotos parciales, «la actividad se va a reducir a 24 días por temporada. Son muy pocos y ni siquiera se garantiza que en todas esas fechas se pueda pescar, con riadas que pueden durar una semana», explica Sánchez. La propuesta de los pescadores de la ribera pasa porque la temporada de pesca del salmón vaya «desde el 15 de marzo hasta el 15 de julio, el calendario de toda la vida». Para 2013, el Principado aprobó la entrada en vigor de la pesca sin muerte en el mes de abril y Caldevilla comenta que la medida «es un fracaso, nadie ocupa los cotos». Nicolás Sánchez va más lejos y sostiene que «la pesca sin muerte solo sirve para generar situaciones de picaresca y furtivismo».

El tercer punto de desencuentro se sitúa en los cupos. La normativa de 2013 establece que cada pescador sólo podrá enganchar tres salmones por temporada y los ribereños pretenden que se sitúe «en diez piezas por campaña». El cupo de tres salmones lo consideran «muy escaso. Un pescador puede conseguir en una semana el cupo del año y a qué se va a dedicar después en los cotos que ya se adjudicó y pagó previamente».

En un largo monólogo, Antón Caldevilla explica que «el Principado sabe que la normativa de 2013 es un completo fracaso pero sigue empeñado en acabar con la cultura ribereña tradicional. Arriman el ascua a su sardina, a la de amigos interesados en que ni tan siquiera se hagan repoblaciones. No les interesa que en el río haya salmones porque de esa forma garantizan su propio futuro con la planificación de estudios de viabilidad que no sirven para nada». Y apostilla Caldevilla: «La caña, ahora el principal enemigo para el Principado, nunca hizo daño al río. Son ellos los que no se preocupan de limpiar y repoblar, ni siquiera se interesan por los miles de toneladas de salmones que, en viaje hacia los ríos asturianos, capturan los barcos en alta mar».

Caldevilla, presidente de un colectivo con 1.400 pescadores afiliados, anuncia que «no volveremos al Consejo de Pesca mientras García Gaona siga como jefe de servicio». Y tampoco van a colaborar en la repoblación de peces: «En este momento tenemos 500.000 alevines y sólo vamos a soltar 75.000, el mínimo exigido para continuar siendo sociedad colaboradora».

A Nicolás Sánchez le preocupa, sobremanera, «el vertido incontrolado de purines al Cares». Argumenta que el Principado mira hacia otro lado y no se preocupa de que «toda la porquería de Cabrales y las dos Peñamellera vaya directa al río». Denuncia que en Tielve «los desagües de las cuadras están conectados directamente a la red de saneamiento que termina en el río». Y se pregunta «porqué las depuradoras de Arenas de Cabrales y Panes, de reciente construcción a costes supermillonarios, siguen sin entrar en funcionamiento».

¿Y las cuantiosas pérdidas en el sector hostelero de la ribera que vaticinaban los pescadores? «Tenemos un cliente de París, que desde hace 40 años viene por tres semanas a pescar reos al Cares, acompañado por cinco miembros de su familia. Mi padre le tramita los permisos y este año le asignaron tres cotos para tres días seguidos: viernes, sábado y domingo. Nos contestó que en esas condiciones no le compensaba venir y que no entendía las leyes de pesca de Asturias, que cambian cada año. Mi padre se puso en contacto con el Principado para comentar la situación y le dieron como única solución que si no pagaba los cotos adjudicados tendría una sanción para 2014, por la que no podrá sacar licencia ni pescar en Asturias», así se explicaba el pasado jueves Sofía Rugarcía, propietaria del hotel y restaurante Covadonga, de Panes. Otro grupo de franceses que cada año acudía durante un mes a pescar al Cares, y se quedaba «en el camping de Arenas de Cabrales, ya anunció que en 2013 no vienen», comentó Nicolás Sánchez.


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