La osa ‘Lechuguina’, de unos nueve años de edad y 100 kilos de peso, se ha vuelto a pasar de la raya por enésima vez. Sus incursiones en los pueblos del Alto Sil leonés son frecuentes desde hace tiempo, pero últimamente se han intensificado. Entra a los núcleos urbanos en busca de comida, principalmente manzanas y cerezas, aunque también le pega a la lechuga -de ahí su nombre- o a lo que encuentre rebuscando en la basura. No es el único ejemplar de oso pardo que campa a sus anchas por los pueblos de esta comarca al noroeste de León, provocando malestar y temor en los vecinos, pero desde luego si el que más quebraderos de cabeza genera.
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